Colectivo Transeúnte presenta una breve temporada de la obra de Michel Marc Bouchard en la Sala 4 del Conjunto Santander
Los homosexuales, antes de amar, aprenden a mentir, y esa es la premisa que maneja la obra de teatro Tom en la Granja, que basada en la dramaturgia de Michel Marc Bouchard (con traducción de Boris Schoemann), culmina con un efecto dominó que desata una cascada de falsedades que desemboca con el descubrimiento de la vida oculta de Gerardo, pareja de Tom.
La obra, dirigida por Alejandro León y producida por Colectivo Transeúnte, inició una breve temporada, la quinta, el 3 de junio en la Sala 4 del Conjunto Santander como parte del programa Expresiones Escénicas Jalisco 2022.





Tom (Alberto Magaña), publicista obsesivo, totalmente citadino, llega a la granja de la familia de Gerardo, su pareja, quien falleció atropellado en la Ciudad. Él acude al funeral y espera que la familia de él lo acoja como parte de ellos, pero descubre una teleraña de mentiras provocadas por la homosexualidad oculta del muerto.
Agatha (Lucía Cortés) vive el luto recordando lo que Gerardo le decía de su vida en la Ciudad. Ve a Tom como un compañero de trabajo, y se desilusiona por la falta de la novia, esa mujer guapa que sólo conocía por fotos y que además sólo habla inglés.
Tom se siente fuera de lugar. El ambiente rural lo oprime, su estilo de vida es diametralmente opuesto a la vida en la granja, si a eso sumamos la homofobia de Francis (Oz Jiménez), su «cuñado», él hace un gran sacrificio que lo llevará a transformar su vida.
A pesar de estar muerto, la presencia de Gerardo es total. Él es representado por un relicario en el que se encuentra la fotografía del fallecido. A través de esta joya cada uno de los personajes expresa su relación con él y su forma de vida.
La escenografía de Centro Centro, una especie de pirámide invertida, es funcional y ayuda al espectador a seguir la acción en la granja. Esta base sirve de comedor, ropero, cajuela de auto e incluso como montaña cuando se quiere resaltar el paraje en el que las vacas son arrojadas cuando mueren.
La transformación de Tom, por amor al recuerdo de su pareja, es total. Deja de ser el citadino elegante, obsesivo, perfumado, y descubre que es capaz de ordeñar una vaca, apoyar en traer un becerro al mundo y se siente parte del entorno, al grado que «adopta» a Agatha como su madre y busca defenderla de los planes egoistas de Francis, quien abre sus sentimientos al publicista.
Cuando todo parece resuelto para Tom, las mentiras llegan a la granja en la persona de Sarah (Renata Romo), quien finge ser Ellen, la guapa novia de Gerardo, quien no habla español y ama la pasta.
La llegada de ella, compañera de oficina de Tom y Gerardo, generará que el castillo de naipes que era su amor se derrumbe totalmente, lo que le da un giro a la historia y desata los trágicos acontecimientos que revelarán secretos que tienen más de 10 años ocultos.
Si bien la obra es violenta, ésta se justifica y provoca que el espectador sienta empatía por los diferentes personajes.
La actuación de Magaña, Cortés y Jiménez es intensa. Generan un duelo histrionico lleno de dramatismo. Romo busca igualar su actuación a la de sus contrapartes, aunque la intensidad de la voz se pierde en ocasiones y genera distracciones al tratar de entender lo que dice. Mejorando estos tropiezos, se igualaría con sus compañeros.
Un gran acierto de la pieza es el realismo con el que se interpreta. Si hay necesidad de usar un gran tazón de pasta, se usa. Si hay que comer avena, se come, si se tiene que usar una cubeta de agua para bañarse (con grandes reminiscencias homoeróticas) se utiliza, y si hay que llevar al escenario terneras muertas para representar la fosa de las vacas, se llevan. Y en este sentido, Magaña se lleva las palmas, ya que interactúa con estos restos animales sin problema alguno.
Con música country en vivo, interpretada por Romo y Noé Castro, el ritmo del montaje, que es cercano a las dos horas, fluye sin problema alguno y las acciones, tanto las violentas, como las cariñosas se sienten naturales, nada forzadas.
Tom en la Granja terminará esta breve temporada el viernes 10 y sábado 11 de junio a las 20:30 horas en la Sala 4 del Conjunto Santander. Los boletos se encuentran a la venta en http://www.conjuntosantander.com y cuestan 200 pesos.